Foto de: Grant Hutchins
La industria del libro tiene su propio ciclo y no se maneja como el resto de las industrias. Esto pensábamos muchos de los que nos encontramos trabajando en el mundo editorial respecto a la actual crisis económica. Sin embargo, la semana pasada nos llegaron malas noticias para autores, editores y libreros.
En Estado Unidos, en lo que ya es conocido como el miércoles negro, Random House anunció una radical reorganización destinada al recorte de gastos. Simon & Schuster despidió a 35 personas, pues, como declaró su presidenta, Carolyn K. Reidy, es el resultado de un inevitable conocimiento del actual mercado en la venta de libros. También se anunció el recorte del 10% del personal de Thomas Nelson y se esperan despidos en Houghton Mifflin.
En México, hasta el momento, el sector se siente estable y no hay indicios claros de que vaya a ocurrir un cambio radical. Sin embargo, debemos tener en cuenta que lo que ocurre en Estados Unidos -al menos en la materia económica- tiene, siempre, un efecto en el país.
Desde Quinta tinta nos enteramos que también en España se sienten los estragos de la crisis, esto, de acuerdo con la noticia del cierre de la revista Ragazza.
Más allá de preocupaciones, creo que esta crisis, como todas, son momentos que debemos aprovechar para cambiar e impulsar a la industria, fomentar la lectura, encontrar métodos más efectivos de producción y distribución y no un momento para preocuparse. Y ustedes ¿cómo ven el futuro del libro ante la crisis?
Fuentes: NYTimes y The Guardian
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